El Ejército De Salvación

Fundado en 1865 por William Booth

Las Doctrinas del Ejército de Salvación

1.- Creemos que las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento fueron dadas por inspiración de Dios y que sólo ellas constituyen la regla divina de la fe y practica Cristiana.

2.- Creemos que hay un solo Dios, quien es infinitamente perfecto, Creador, Preservador y Gobernador de todas las cosas, y que es a El sólo a quien se debe rendir culto religioso.

3.- Creemos que la Deidad se constituye de tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, indivisas en esencia, e iguales en poder y gloria.

4.- Creemos que en la persona de Jesucristo se unen las naturalezas divina y humana, de manera que El es verdadera y esencialmente Dios y verdadera y esencialmente hombre.

5.- Creemos que nuestros primeros padres fueron creados en estado de inocencia, mas por haber desobedecido perdieron su pureza y felicidad y por efecto de su caída todos los hombres han llegado a ser pecadores, totalmente corrompidos y como tales están con justicia expuestos a la ira de Dios.

6.- Creemos que el Señor Jesucristo, por sus padecimientos y muerte, ha hecho la propiciación por todo el mundo, de manera que todo el que quiera pueda ser salvo.

7.- Creemos que el arrepentimiento para con Dios, la fe en nuestro Señor Jesucristo, y la regeneración del Espíritu Santo, son necesarios para la salvación.

8.- Creemos que somos justificados por gracia mediante la fe en nuestro Señor Jesucristo, y que el que cree tiene el testimonio de ello en sí mismo.

9.- Creemos que el continuar en estado de salvación depende del ejercicio constante de la fe y obediencia a Cristo.

10.- Creemos que es privilegio de todos los creyentes ser santificados "por completo" y que su ser eterno, "espíritu, alma y cuerpo", puede ser guardado "irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tesalonicenses 5:23).

11.- Creemos en la inmortalidad del alma, en la resurrección del cuerpo, en el juicio general al fin del mundo, en la eterna felicidad de los justos y en el castigo perpetuo de los malos.